¿A que no siempre esperamos respuesta cuando formulamos preguntas?
Ayer envié un mensaje (de texto) a una persona querida. Estoy seguro de que ha llegado, que lo ha leído y que lo ha comprendido. Por unos momentos esperé algún tipo de confirmación personal, más allá de mi confianza en las nuevas tecnologías. He hablado con otras personas, y les sucede exactamente lo mismo; nos quedamos mirando la pantalla, o pendientes del móvil. Algo automático me hubiera resultado igualmente frío e insatisfactorio. El mensaje era personal.
Lanzado un mensaje al mundo se aguarda una señal. Esto lo saben hasta los niños con sus sollozos y los padres con sus sonrisas. Es como mirar al cielo.
Los tipos de respuesta pueden ser múltiples. Pero esperamos una respuesta.
En verdad, el silencio puede ser una de las respuestas más contundentes. Cuando alguien se calla mientras estás hablando con ella, e incluso le pides que participe, resulta muy elocuente. Pone distancia, marca diferencias. Pero por mensaje no es lo mismo. Siempre quedará la duda sobre lo que está sucediendo. Sobre si quiere o no quiere, sobre si no sabe qué decir o cómo, sobre si está pensando.
A pesar de todo esto, siempre esperaremos respuesta. Toda persona que habla desea ser escuchada. Lo contrario, la cerrazón y el aislamiento, parecen la negación misma de la esencia de la persona. Porque no hay peor mudo que el que no quiere hablar.
El año pasado por estas fechas, leí en un calendario de personas que pintan cuadros con los pies y la boca esta frase que creo que es clarificadora (y más en este mes de la vuelta al cole y bienvenidas tras las vacaciones): «un verdadero amigo, es aquel que después de preguntarte ¿qué tal? espera tu respuesta.» Y supongo que lo mismo será pero al reves.
Los monólogos sólo sirven para entretener en la televisión, y pocos son los que sólo quieren marcarse su speech sin recibir una contestación, y sin necesitar ese feedback de aprobación o de decepción ante lo que les acabamos de dar.
Será otra de nuestras cargas por considerarnos ( y ser) sociables, y necesitar de los otros ,a diferencia de los animales o las plantas.
Cuidate!
Me gustaMe gusta
Absolutamente de acuerdo.
Me gustaMe gusta
¿hoy vas a hablar para mí? jeje, siento sintonía. Pienso que los mejores mensajes son los que se dicen con la persona enfrente, porque aunque falten las palabras -si faltaran- uno tiene registro de los gestos, del impacto, de la mirada, puede intuir respuestas o comprender mejor cirto silencio.
Pero cuando el mensaje dice «enviado» o «visto» y no hay nada después, uno se queda con una sensación rara, experimenta distancia, y a veces hasta temor de sentirse hablando solo.
no voy a seguir,,,jeje. Me siento absolutamente implicada en este escrito.
Me gustaMe gusta
No es directamente para ti. El mensaje, por descontado, tampoco se refería a ti.
Seguimos en contacto. Por supuesto.
Me gustaMe gusta
jaja, claro! lo sé. me siento identificada con el escrito; no porque crea que puntualmente lo escribiste para mí. Identificación con lo que dice, auqneu las hubiera escrito otro, hace 100 años atrás.. se entiende?
Me gustaMe gusta