Llevo tiempo sin escribir en el blog porque otros temas me tienen ocupado casi por entero. No renuncio con ello a seguir leyendo, ni a pensar, ni a las preguntas y pequeñas cosas del día a día. De hecho, se trata precisamente de eso, del exceso de vida con sus reclamaciones lo que no deja hueco a otras aventuras. Ojalá llegue el día en el que, con paz, perspectiva y sosiego, le pueda dedicar el tiempo de memoria que se merecen para plasmar en letras lo que acontece, que viene y que va. Supongo que es cuestión de tener un poco de paciencia y saber aguardar el momento oportuno. Quizá ni llegue, también es cierto. Así de caprichoso puede ser todo, cuando menos lo queremos. La vida manda, toma las riendas, nos muestra que somos siervos y a qué servimos con nuestras fuerzas, ilusiones y deseos. Pero no me olvido.